La clonación de tarjetas de crédito y débito es uno de los fraudes financieros más comunes, por lo que es importante que te informes cuáles son las formasde cometer estas estafas para que las evites y cuides tu bolsillo.

Seis de cada 10 quejas ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) respecto a las tarjetas de crédito y débito son por cargos no reconocidos.

Debes saber que, si clonaron tu tarjeta, tienes hasta 90 días a partir de la fecha en que se hizo el cargo para levantar una reclamación en tu banco.

Sin embargo, si pasan más de 45 días y el banco no te ha dado respuesta sobre la investigación, el dinero deberá quedarse en tu cuenta.

Además, mientras la revisión esté activa, no deberás pagar la compra reclamada ni podrán cobrarte intereses por ello.

Toma en cuenta que habrá una investigación activa hasta 30 días después de tu solicitud que puede tener dos conclusiones:

  • Tu reclamación procede y el dinero que te regresaron se queda en tu cuenta.
  • Tu reclamación no procede porque la investigación demuestra que sí autorizaste esa compra y deberás pagar lo equivalente al cargo

¿Cómo pueden clonar mi tarjeta de crédito?

La primera forma en la que puden clonar tu tarjeta y atentar contra tus ingresos es una herramienta llamada Skimer.

Se trata de un aparato que realiza una copia de la banda magnética de tu tarjeta de crédito o débito, y a través de una computadora pasa tus datos a una tarjeta vacía; de esta manera, toda tu información bancaria es clonada en automático.

Este tipo de clonación se hace de forma rápida en un cajero automático, en un restaurante, gasolinera, tienda y en cualquier sitio donde puedas perder de vista tu plástico por algunos minutos.

Otra forma son los premios falsos. ¿Te han llegado mensajes con ofertas increíbles? En esta típica forma de clonar, los delincuentes hacen cómplice al cliente, ya que le llaman por teléfono o lo interceptan en algún centro comercial, para asegurarle que se ha ganado un premio, una cena, un viaje, o una promoción.

¿La única condición? que proporciones tus datos financieros para canjear el beneficio. ¡Alerta! aunque suene muy convincente y te den algunos datos que “parecen” verídicos o hasta te entreguen datos de contacto, siempre sospecha de estas situaciones, pues la mayoría son engaños.

Ahora bien, hay otra manera llamada Phishing. Este fraude se basa en el temor y la preocupación que puede causarte algún contratiempo en tu tarjeta, ya que los estafadores se hacen pasar por “tu banco” mediante un mensaje de correo electrónico y/o redes sociales, y te advierten que hay un cargo indebido en tu tarjeta de crédito o algún problema en tu cuenta, y necesitan verificas tus datos.

Por lo general, la falsa alarma te redirige a un sitio web que “se parece” al de tu banco, aunque en realidad es una página fraudulenta creada para captar tu información personal. Recuerda: ningún banco jamás debe pedirte datos confidenciales por correo electrónico.

Según la Condusef, las tarjetas “palomas” o falsas son un tipo de clonación que consiste en que los delincuentes compran, ilegalmente, una memoria USB con información de los clientes de cualquier entidad financiera.

Después, con ayuda de una computadora, descargan dicha información en una tarjeta en blanco llamada “paloma” (sin logotipos de ningún banco, ni nombres). Esta tarjeta “paloma” no tiene banda magnética, solo cuenta con un chip.

Ya que la tarjeta tiene toda la información del cliente, el delincuente acude a gasolineras, tiendas departamentales o de conveniencia, para pagar con ellas o retirar dinero. Para poder cometer este delito, se hace cómplice al personal del lugar (de la tienda o la gasolinera), quien acepta el fraude y a cambio recibe una gratificación.

Asimismo, debes saber que a través  de ofertas y servicios que no solicitaste pueden usar tu información personal para realizar este crimen. Se trata de empresas “externas”, por ejemplo de agencias de viajes o tecnología, quienes hasta aparentan estar legalmente constituidas, y pueden entregarte sus tarjetas de presentación para embaucarte.

Insisten hasta el cansancio en entregarte un premio que tú jamás pediste, todo a cambio de que seas tarjetahabiente de cualquier banco y contestes algunas preguntas básicas relacionadas con tu información personal básica. Aunque no te piden claves y contraseñas, el fraude aquí consiste en saber tus hábitos de consumo y tus datos, para posteriormente realizar llamadas de extorsión o robo de identidad.

Otra cosa muy común es el robo de tarjeta de crédito o débito. Usualmente llevamos la cartera con las tarjetas y al menos una o dos identificaciones personales. Ten precaución, en caso de que la pierdas o te roben, dejarás carta abierta que cualquier persona pueda hacer mal uso de ellas.